LUNARES

QUÉ SON Y POR QUÉ CONVIENE CONOCERLOS

Los lunares son prominencias de la piel de color rosado, castaño claro u oscuro, negro azulado o, incluso, del mismo color de nuestra piel.  

El número y tipo de lunares que tiene cada individuo, está determinado genéticamente, y no hay forma de impedir o reducir su aparición. Son de forma redondeada; oval o irregular. Al principio son aplanados, aparecen como una pequeña mancha, y con el tiempo se agrandan y pueden desarrollar pelos en su superficie. Ciertos lunares pigmentados pueden desaparecer de forma espontánea.

Los lunares pueden tornarse más oscuros o cambiar de tamaño. Sucede después de la exposición reiterada a los rayos solares, durante la pubertad o en el embarazo. 

La eliminación de un lunar común no conlleva ningún riesgo de transformación, y se elimina por razones estéticas.

Un lunar puede malignizarse, convirtiéndose en melanoma maligno. Es una forma de cáncer cutáneo que produce un alto índice de mortalidad, por lo que se requiere un seguimiento médico para extirparlo a tiempo. Los lunares que corren mayor riesgo de transformarse en un tumor maligno, son aquellos que aparecen en el crecimiento. También los denominados "displásicos", que tienen un diámetro mayor que el lunar común.

El exceso de exposición al sol aumenta los riesgos de transformación de los lunares en cáncer. 

Los signos indicadores de una posible transformación, siguen la regla ABCDE:

A. Asimetría: una mitad del lunar es diferente a la otra mitad.

B. Bordes: irregulares y poco definidos.

C. Color: más oscuro en una parte que en otra del lunar.

D. Diámetro: aumenta de tamaño.

E. Elevación: de una parte de su superficie.


Con la tecnología del Fotofinder llevamos un control de la evolución de los lunares, que nos ayuda a un diagnóstico preciso de su evolución y adecuado tratamiento. Se trata de la aportación más ágil, intuitiva y eficaz en dermatoscopia y documentación clínica dermatológica:


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